Magret de pato a la plancha
El magret de pato a la plancha está cocinado con un filete de carne magra proveniente de la pechuga de esta ave. Aunque el consumo de pato nos viene de tiempos antiguos, esta preparación es más reciente. Se cree que fue creado en la década de los 60 y después se extendió en el mundo de la gastronomía.
La carne de la pechuga del pato es magra y posee proteínas de excelente calidad. También es rica en vitaminas del complejo B, que ayudan a mantener en buen estado el sistema nervioso. La carne de pato favorece el metabolismo, ayuda en la reproducción de neurotransmisores y a conservar los glóbulos rojos en óptimas condiciones.
Ingredientes:
Cómo preparar magret de pato a la plancha:
- Tomar la media pechuga de pato cebado y hacer cortes diagonales sobre la parte de la piel. A continuación, hacer cortes transversales de tal modo que la piel del pato quede cuadriculada. Los cortes deben hacerse cuidadosamente, solo en la piel, sin llegar a la carne. Agregar sal sobre la piel asegurándose de que entre sal en las hendiduras. Reservar.
- Cortar la pera en cuartos y agregar azúcar sobre una sartén. Poner a calentar la sartén a fuego medio sin remover. El azúcar debe derretirse sin removerla, para evitar que se formen cristales.
- Cuando el azúcar se haya derretido, incorporar la pera y cocinar durante cinco minutos hasta caramelizarla. Añadir el vinagre balsámico. Un minuto después, agregar la taza de vino y dejar reducir hasta que tenga cierta consistencia. Reservar.
- Calentar una plancha sin aceite. La grasa del pato será suficiente para que se produzca el cocinado, no es preciso añadir grasa extra.
- Incorporar la media pechuga de pato cebado. Es importante que la piel sea la que primero tenga contacto con el calor. La piel del pato tiene abundante grasa, y debe ser cocinada hasta que quede crujiente.
- Sellar la piel del pato durante 15 minutos sin mover. Finalizado este tiempo, dar la vuelta y cocinar la parte de la carne por un espacio de cinco minutos. Retirar del fuego y de la sartén.
- Habrá que dejar que la carne repose en torno a los cinco minutos, tapado para preservar el calor. Servir acompañado de la pera y la reducción de vino.
Se trata de una preparación con aromas sutiles y sabor delicioso, para sorprender a los comensales más exigentes.